Renacimiento - Teatro

El teatro renacentista se puede dividir en dos etapas:

La primera mitad del siglo XVI:
En la 1ª mitad del s.XVI, tenemos dos tipos de teatro, hecho por los mismos autores:

-El teatro religiosos: El teatro de principios del siglo XVI continúa el de los maestros anteriores, que aún desarrollan su obra. Imita escenas pastoriles sobre el Nacimiento o la Pasión de Cristo, la adoración de los Reyes Magos, etc., y cultiva el dialecto sayagués. La aportación de los dramaturgos del primer Renacimiento al teatro humanístico consiste en traducciones y adaptaciones de tragedias y comedias de autores grecolatinos, destinadas a la lectura de un público minoritario. Como teatro culto, su impacto social fue muy reducido.

-El teatro profano: A partir del siglo XVI, se escriben y representan muchas obras teatrales cuyo fin es entretener al espectador. Aparecen muchas compañías cuyos componentes son autores y actores a la vez.

La segunda mitad del siglo XVI:

En la 2ª mitad del s.XVI, bajo el reinado de Felipe II y en plena efervescencia de la Contrareforma, los dramaturgos se proponen actualizar el teatro de la 1ª mitad del siglo XVI, buscando una expresión dramática más acorde con los intereses de los nuevos tiempos. Para ello incorporan en sus obras temas que se retomarían luego en el teatro barroco. Las obras dramáticas tratan ahora asuntos históricos y novelescos, mostrando personajes, situaciones y desenlaces dramáticos sorprendentes. Con la intención de atraer a un público más amplio lo llevan a la calle, siguiendo el ejemplo de las compañías italianas de la comedia del arte.

Autores y obras

Dramaturgos de la 1ª mitad del s.XVI:

Juan del Encina

Nació muy cerca de Salamanca, hacia el año de 1468. Poco se conoce de su vida, pero se sabe que fue poeta y músico de gran prestigio en la corte. Realizó varios viajes a Roma -tuvo amistad de Papas y reyes-; realizó una peregrinación a Jerusalén, donde se ordenó sacerdote. Murió en 1529.
Sus obras dramáticas son lo más importante de cuanto realizó, y por ello se le ha llamado «El padre del teatro español». Su teatro trata de temas religiosos y profanos. En ellos unos pocos personajes -pastores, casi siempre- dialogan sobre cuestiones de amor en un marco de rústica belleza. En dichos ensayos dramáticos están mezclados los elementos de la poesía pastoril -Virgilio- con los de la primitiva representación litúrgica de la Edad Media, arrancando de aquí la doble corriente, profana y religiosa, que caracterizó luego al teatro español del Siglo de Oro. Estas piezas se representaron en el Palacio del Duque de Alba, y son llamadas por su autor, indistintamente, «églogas, representaciones o autos». Terminan casi todas en villancicos dialogados.

Juan del Encina escribió bastantes obras de teatro: Égloga de Fileno, Zambardo y Cardonio, Égloga de las grandes lluvias, Égloga de Mingo, Gil y Pascuala entre otras.


Gil Vicente

Gil Vicente
Fue un autor muy variado, ya que escribió farsas, dramas alegóricos, etc. Pero lo más nuevo y determinante para el teatro posterior fue la introducción en sus obrar de numerosos elementos líricos, como romances, villancicos...

Gil Vicente escribió las siguientes obras:
La Rubena (en portugués y castellano), Amadis de Gaula, Don Durados, La Comedia del Viudo.

Lucas Fernández

Compañero, rival y admirador de Juan del Encina sería el salmantino Lucas Fernández (1474-1542), cuya obra resulta difícil de fechar, aunque se supone realizada hacia 1500. La vida de Lucas Fernández transcurrió en Salamanca, donde estuvo al servicio de la catedral.
Su teatro se mantuvo en la corriente medieval. Escribió seis farsas y églogas al modo pastoril; tres de ellas son profanas y las otras tres religiosas. De estas últimas destacamos la denominada Auto de la Pasión como obra más interesante de Lucas Fernández y la principal de todo el teatro primitivo español.
La edición de sus Farsas y églogas aparece en 1514 en Salamanca.
Presenta tres comedias de tema amoroso. Introduce este término en nuestro teatro, acaso porque la primera de ellas recuerda el argumento de la comedia elegíaca latina medieval. En las otras dos plantea como debate el amor del pastor y el del caballero. Su producción se completa con un brevísimo diálogo para cantar.
Lucas Fernández parte de presupuestos próximos a los de Juan del Encina, al cual aventajó en realismo y agudeza al prolongar el número de versos y de personajes de cada representación. Mantuvo el dialecto sayagués de sus pastores.

Lucas Fernández escribió las siguientes obras: Comedia en 1496, Diálogo para cantar en 1497, Farsa o quasicomedia de la doncella, el pastor y el caballero en 1497, Farsa o quasicomedia de Prauos en 1499, Égloga de nacimiento de Nuestro Redentor en 1500, Auto o farsa del nacimiento de Señor Jesuchristo en 1500, y Auto de la Pasión entre 1500 y 1503.


Bartolomé de Torres Naharro

Incorpora una gran variedad de motivos y personajes nuevos en comedias que tratan sobre el tema del honor. Su obra dramática es una de las más revolucionarias del teatro renacentista español. En sus obras religiosas hay a veces más parodia que exaltación. Entre ellas: Diálogo del nacimiento, Adición del diálogo.
Es el verdadero padre del teatro español: definió los temas del teatro, la división en 5 jornadas y un número razonable de personajes.
Bartolomé de Torres Naharro escribió las siguientes obras: Eufemia, Los engaños, Prendas de amor, La carátula, El convidado, Comedia hímenea, Las aceitunas y El rufián cobarde.

Dramaturgos de la 2ª mitad del s.XVI:

Lope de Rueda

Lope de Rueda
Escribió en prosa sus primeras comedias, en las que se aprecian influencias de Boccaccio, Plauto y autores italianos coetáneos, y en verso dos comedias de escenas breves en las que se presentan gran variedad de tipos.
Su gran creación la constituyen los pasos, precedentes del entremés e intercalados en las comedias en prosa para entretener al público con una situación de trama sencilla y rápido desenlace, cuya gracia residía en la comicidad de las situaciones y los personajes, que se expresaban en un lenguaje vivo y coloquial.
Lope de Rueda escribió las siguientes obras: Eufemia, Pagar y no pagar, Medora, Los engañados, La carátula, El rufián cobarde, El convidado, Cornudo y contento, Armelia, Las aceitunas.

Juan de Timoneda

Antes de dedicarse al negocio de la librería fue zurrador de pieles; quizá debido a que hacía encuadernaciones amplió el negocio como librero. También se sabe que fue actor. En 1547 ya traficaba en libros propios y ajenos. Estuvo casado con Isabel Ferrandis, de la que tuvo tres hijos; uno de ellos, Bautista, prosiguió a la muerte del padre con el negocio familiar.
Juan de Timoneda escribió las siguientes obras: Auto de la oveja perdida, La comedia de los Menennos, La comedia de Amphitrion, Los ciegos y el mozo, Los menemnos.

Juan de la Cueva

Pocos datos se conocen sobre su vida. Su obra dramática adaptó al teatro español la tradición clásica y fue precursora del teatro nacional de Lope de Vega. Es autor de una obra poética de corte petrarquista (Coro febeo de romances historiales, 1587) y de obras épico-narrativas (Conquista de la Bética, 1603). Escribió dramas de tema clásico (Tragedia de Áyax Telamón) e histórico y nacional (La tragedia de los siete infantes de Lara, 1579). También es autor de los dramas El príncipe tirano y El saco de Roma y de la comedia El infamador (1581), primer antecedente dramático del personaje de don Juan.
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